Por Ángeles Heim
Tan sólo mencionarla lo primero que nos surge súbitamente como
reminiscencia es el acorde de la canción de Ana Belén y Víctor Manuel:
Acompaño a mi
sombra por la avenida
mis pasos se pierden entre tanta gente
busco una Puerta, una salida
donde convivan pasado y presente.
De pronto me paro, alguien me observa
levanto la vista y me encuentro con ella.
Ah! y ahí está, y ahí está
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
mis pasos se pierden entre tanta gente
busco una Puerta, una salida
donde convivan pasado y presente.
De pronto me paro, alguien me observa
levanto la vista y me encuentro con ella.
Ah! y ahí está, y ahí está
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta deAlcalá.
Esos
artistas inmortalizaron a la Puerta de Alcalá con dicha composición. No
obstante, este ícono de Madrid, capital de la madre tierra española,
conserva en sus muros una vasta historia y significados.
Fue
construida en 1778, para reemplazar a otra más antigua compuesta por tan sólo
dos torrecillas. En sus orígenes este
monumento demarcaba el límite Este de la ciudad y -como muchas otras obras
arquitectónicas europeas- se erigió para representar el poderío y presencia
fastuosa de un líder, en este caso el Rey Carlos III.
Prueba
de ello, emplazado en lo alto sobre en el arco central se encuentra la leyenda
en latín “REGE CAROLO III, ANNO, MDCCLXXVIII”. Custodiando dicha inscripción en
la cima se alzan cuatro esculturas de niños en ambos extremos cuyas figuras
representan las Cuatro Virtudes Cardinales: La Fortaleza, La Justicia, La
Templanza y Prudencia (en alusión al fresco renacentista del pintor y
arquitecto italiano Rafael).
Puerta de Alcalá (Foto de Viajejet.com) |
Así, por encargo expreso
de ese mandatario –a quien según relata la historia le disgustaba la antigua
puerta- y para simbolizar su llegada al Reino, el arquitecto Francisco de
Sabatini fue elegido responsable de su diseño y edificación.
Ubicada
en la céntrica Plaza de la Independencia, a escasos metros del Parque del Retiro
y sobre la calle que lleva igual nombre, la Puerta de Alcalá pertenece al
período neoclásico de la arquitectura y está inspirada en los Arcos de Triunfos
romanos.
En
Europa, este monumento imponente que representa una antigua entrada a la urbe -y
a su vez es símbolo de magnificencia de un monarca-, fue el primero de su tipo
en erigirse tras la caída del Imperio Romano. Por lo tanto, se proclama antecesor
de otros como son: el Arco de Triunfo de París o la Puerta de Brandeburgo en Berlín.
Con
el paso de los años, la mítica Puerta de Alcalá ha ido cobrando relevancia no
sólo entre los madrileños –por haber sido escenario de numerosos sucesos
históricos-, sino también por los miles de turistas que todos los días se
acercan hasta ella para fotografiarla.
Por
último, para quienes no han disfrutado aún el gusto de pararse frente a ella,
aquí compartimos con Ustedes un trocito de su historia y contrastes así cada
vez que vuelvan a oír aquella canción de Ana Belén conozcan con detalle lo que
la inspira.
"Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo..."
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