Dice el refrán:
-“Hazte la fama y échate a dormir”-
Por
sus excesos en el pasado, si hablamos de moda estaremos condenados a asumir los
cargos acusatorios que la sitúan del lado oscuro. Porque la banalidad, la osadía
y hasta cierta arrogancia perspicaz son su pecado original. Es cierto. La moda
ha sido transgresora, audaz y vanidosa, excediéndose muchas veces en ello para
abrirse paso en un mundo desbordado de expresionismos.
Sin embargo, ya es un
hecho hoy en día que gran parte de la industria y el diseño textil se están
ganando la oportunidad de reivindicarse ante la sociedad aliados a un nuevo
concepto, el de la Moda
Sostenible.
¿EN QUÉ CONSISTE?
Recientemente
ha surgido en Europa una tendencia prometedora, atrevida y hasta digna de
admiración por su ética, que enuncia como sus principales valores: abogar la
producción ecológica de tejidos, el respeto por un comercio justo y la
solidaridad con el medio ambiente.
Con
estos conceptos como base, existen ya varias fundaciones –dirigidas por
artistas y diseñadores- que promueven por ejemplo, la creación de nuevas explotaciones
para la siembra orgánica de algodón o lino, e impulsan la confección proveniente
de talleres vinculados a proyectos sociales donde se involucra a mujeres en
situación de exclusión.
Entre
otros aportes, este tipo de ONG’s también brindan asesoramiento gratuito a grupos
de artesanos y campesinos para certificar sus cultivos como ecológicos
–aquellos que evitan la utilización de químicos y sustancias perjudiciales para
el ecosistema-, a fin de que puedan competir en el mercado internacional.
De
este modo, las nóveles iniciativas dedicadas al concepto de ‘Moda Sostenible’
participan activamente en el mercado textil europeo como impulsores de
objetivos loables, invitando a las grandes marcas a imitarlos.
EN LA PRODUCCIÓN,
TANTO COMO EN EL CONSUMO…
Dentro
de este marco, la tendencia pretende difundir aspectos relacionados no sólo a
la producción orgánica, sino también informar sobre la alternativa de un consumo
responsable.
Uno
de los principales pilares para lograrlo versa sobre concienciar al consumidor
y estimularlo a elegir prendas confeccionadas en tejidos naturales, sin
necesidad de resignar diseño ni calidad en el producto. Por ello, algunas firmas aquí en Europa han comenzado
a conceder espacios en sus colecciones a esta propuesta ecológica.
Si
bien la iniciativa apenas está germinando y aún le queda un sinuoso camino de
ripio por recorrer hasta consolidarse, ya es posible encontrar la alternativa
sostenible en algunas tiendas. Es también cierto que por tratarse de un
movimiento reciente, estas prendas cuestan un poquito más en relación con la
indumentaria con la que compiten, pero a la hora de tomar la decisión el
consumidor se asegura que con esa diferencia está aportando su granito de arena
a la causa.
En
suma, es un hecho que el proyecto ha empezado a ‘hacer ruido’ por aquí y que seguirá
encontrando rincones donde expresar el llamado inminente a colaborar con el cuidado del planeta.