Por Ángeles Heim
Perderse por las calles de la
enérgica
Barcelona puede ser una de las mejores formas de conocerla...
Encontrarse con sus rincones por sorpresa mientras te deleitas con su
arquitectura y de pronto quedar cuasi encantado con su ánimo y aire tan
cosmopolita es el mejor tour para cualquier viajero que se precie como tal.
Cuando pisas las baldosas de esta
ciudad todo huele a
Gaudí, los paisajes urbanos se llenan de colores y entre
tanta vivacidad es posible detenerse a contemplar la amabilidad con la que te
recibe su gente.Ciudadanos de todo el mundo se
mezclan entre sus avenidas y calles eclécticas mostrando con esto su faceta más
acogedora.
Barcelona se muestra a sí misma
como desenfadada y abierta, a la vez que entraña un acervo invaluable de
cultura e historia. Esta gran urbe es la capital de
la Comunidad Autónoma de Cataluña y la segunda en importancia después de
Madrid.
Apenas unos cientos de kilómetros
la separan de los Pirineos y de la frontera con la vecina nación galesa,
Francia. Uno de sus tantos atractivos es su fantástica ubicación, a orillas del
mar mediterráneo a la ribera del cual ha erigido su puerto, uno de los más
importantes de la zona que bañan esas aguas.
Esta gran exponente de la cultura
alberga a unos cinco millones de habitantes que son los privilegiados
residentes de un área metropolitana repleta de brisas bohemias, cosmopolitas y
multiculturales.
Por haberse convertido en sede de
grandes momentos de relevancia internacional, tales como
los
Juegos Olímpicos en 1992 por mencionar alguno, resulta un destino
europeo indiscutible para quienes desean conocer y aprehender parte de la
cultura española.
El turismo es uno de los grandes
baluartes de su economía, tanto como los son igualmente el comercio y el sector
financiero. Pero lo que atrae a miles de ávidos viajeros es su gran diversidad y inmensa oferta
cultural.
El encanto de las calles de la
ciudad condal esconde obras magnificas y grandilocuentes, como son las casas
que diseñó Gaudí, la
Casa Baltó,
La Pedrera o la mismísima e imponente catedral
conocida en el mundo entero como la
Sagrada Familia.
Es un verdadero privilegio
entonces dejarse llevar por aquellas brisas mientras vas hallando esos tesoros.
La mejor recomendación para quienes tengan en su itinerario a
Barcelona es
dejarse llevar y contemplar la grandeza de cada uno de sus recovecos desde
todos los ángulos.
Y para quienes no han tenido el
placer de conocerla aún, sepan que
Barcelona también tiene un poquito de
BuenosAires, o mejor dicho al revés. Nuestro
mítico microcentro porteño tiene mucho de la Avenida Diagonal y por
momentos es posible transportarse a los lares donde se inspiró uno de los
máximos exponentes del modernismo,
Antonio Gaudí.
Queridos lectores que me
acompañan en cada destino, una vez más les dedico el saludo que todo viajero
ofrece al despedirse “Bon Voyage!”...